Cada vez que firmas...

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Mi pequeña Lenore

miércoles, 21 de mayo de 2008

Onírico


Últimamente tengo sueños muy raros.

Anoche, aparte de tener momentos en los que se me cargaban sin ninguna razón los gemelos de las dos piernas, tuve un sueño muy muy extraño.

Yo estaba en la cocina de la casa de mis abuelos, en Valdepeñas. Estaba jugando a un juego que consistía en resolver problemas de lógica, y entre esos problemas, había uno que consistía en que 8 gatos agrupados de dos en dos tenían que comerse cada uno una flor de dos jarrones diferentes. Pues bien, el juego comenzaba, y yo resolvía el problema. Después de un par de rondas, tanto los gatos como los jarrones y las flores empezaban a aparecer físicamente encima de la mesa y la encimera de la cocina de mis abuelos.

Pues bien, resulta que en el sueño me harté de jugar siempre al mismo juego (Porque se suponía que era un juego donde tenías que solucionar puzzles al azar), y resolví que lo mejor era cortar el problema de raíz. Así que empecé a coger a los gatos por el cuello, de dos en dos, uno en cada mano, y a tirarlos por la ventana, por donde iban a caer al patio interior de la casa de mis abuelos. Yo creía que los gatos que aún no había tirado saldrían corriendo, pero no, esperaban con la misma expresión a que yo los agarrara del cuello y los tirara por la ventana. Así me deshice de los ocho, pero hubo uno que encontró la puerta de entrada otra vez a la casa, y subió las escaleras. Yo intentaba impedirle el paso, pero el bicho se había hecho enorme y podía más él que yo, y al final terminó derribando la puerta y echándose encima de mí...

Y en ese momento me desperté.

Puede ser porque lleve unos días que vivo sin vivir en mí, o que estoy al otro lado del espejo persiguiendo conejos azules... Pero está claro que tengo que centrarme y empezar a controlar mis sueños.

¿Dónde quedó aquel momento onírico magnífico y fantabuloso en el que me fugaba con Macavity y me convertía en su reina del mal?

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